tiempo estimado de lectura : 1
30 Nov
30Nov

Review and Herald 7 de Marzo de 1893 por E. Hillard.

Traducido por Sergio Salido


No hay pecado, no importa cuán profundamente asentado en el hombre físico, o por cuanto tiempo se ha permitido, que no pudiera ser completamente conquistado si se rendiría completamente a Aquel que tiene todo el poder del cielo y tierra.


Manteniendo nuestros ojos fijos en Cristo por fe, podemos resistir todas las tentaciones.  Todas las tentaciones que son demasiado fuerte para que podamos soportarlas, El nos ha prometido una vía de escape.  Es la mente de Dios que nosotros vivamos sin pecado; porque si en Su poder podemos conquistar toda tentación que El permite que venga sobre nosotros, y El nos da una vía de escape de las tentaciones que son demasiadas fuertes para que soportemos, no puede haber razón alguna para que no estemos sin pecado, y vivamos una vida pura.  Es el pecado que nos desalienta, y solo el pecado.


Que sea la mente de Dios que vivamos sin pecado es evidente en 1 Juan 2:1 “Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen.”  Por que nos escribiría Dios a nosotros por medio de su siervo, “Que no pequen,” si no habría manera de estar sin pecar?   Seria ciertamente inútil por lo tanto amonestar si no habría una manera posible de que la admonición tomara efecto.


Pero aunque nos esforcemos y seamos tan determinados como nos sea posible, se nos dice en “Camino a Cristo” que “A menudo tenemos que postrarnos y llorar a los pies de Jesús por causa de nuestras culpas y equivocaciones; pero no debemos desanimarnos. Aun si somos vencidos por el enemigo, no somos desechados ni abandonados por Dios.” 

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO